martes, 25 de diciembre de 2012


Debe haber en todo lo que hago un propósito, como en la equidistancia emocional que mantengo entre el dolor y el placer al moverme por los vericuetos de los sentimientos, pero desconozco cuál es. Entonces lo fácil es dejarse llevar por los acontecimientos desde el convencimiento de que todo lo que sucede te es ajeno. Y se reviste de teflón el alma para que lo que se estrelle contra ella resbale, aunque siempre fracase en la intención.- Y este es el tipo de chorradas que gusta a los jurados compuestos por pretenciosos y eternos opositores a escritores, pusilánimes de facto, que por creer que enrocarse en palabras absurdas en forma y contenido hacen del que las suscribe una especie de literato. Y una mierda pinchada en un palo.-

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