jueves, 22 de mayo de 2008

Y aquí el breve relato...



“Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música”. Aldous Huxley (1894 – 1963)

Hay quien mide el tiempo en segundos, minutos, horas, días...
Hay quien mide el tiempo con cajas de zapatos. Una caja de zapatos equivale a dos años.

“I found a picture of you”. Back on the chaing gang. The Pretenders , 1982.

Tiene una caja de zapatos en el fondo de un armario, al fondo de la habitación del fondo.
Entre los espacios de la cinta que sella la caja se entrevé la marca de los zapatos: un buen calzado para estrenar un día de boda.

Una piedra de una laguna de aguas oscuras y heladas, un sobre de azúcar del primer café
(juntos), jabones y facturas de hoteles. Tres cartas, una con dudas, otra de amor y otra, la más larga, con reproches. Fotos de carné dedicadas: “Te quiero mucho”. Un papel con un nombre y un número de teléfono sin prefijo. Negativos de fotos. Una cinta de casete de noventa minutos con canciones para conducir por carreteras secundarias: el, ella, “Every Breath You Take” y la Nacional 111. Una multa de una zona azul, “Aparca rápido porque quiero hacerte el amor ahora mismo”. Todo esto, y alguna cosa más que no recuerda, contiene la caja.

Y de repente una imagen del pasado perdida en la memoria y entre las hojas de un libro de poemas. Una foto que buscó intensamente cuando encontrar cosas de ella todavía laceraba el corazón. ¿Por qué precisamente hoy?

“Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer, jugando con las flores en mi jardín ”. Chica de ayer. Nacha Pop. 1980.

Ya casi no recordaba su rostro.

Y ahora tiene que hacer un esfuerzo para ubicarla en el tiempo, en el momento en el que alguien tomó aquella instantánea de los dos. Están en una cena con amigos, probablemente en un restaurante chino pues hay un farolillo de papel rojo y figuras doradas al fondo. Él la rodea por los hombros con el brazo izquierdo y ella, coqueta, se lleva la mano al pelo y se lo recoge detrás de la oreja para dejar ver uno de los pendientes que él le regaló esa misma tarde, una baratija pues el sueldo daba para poco en aquella época en la que todo empezaba y todo era nuevo y
La foto es como una caja de cerillas en manos de un pirómano. Los recuerdos de aquel día se encienden uno tras otro, una combustión espontánea de sentimientos. Percibe incluso el olor de
Ella lleva el suéter que le cogió sin permiso a su hermana, el de los cuadraditos blancos y negros como un tablero de ajedrez. Aquella noche aprendió los movimientos del Alfil, de la Torre y del Caballo, en ele, sobre su cuerpo desnudo, con olor a

¿Por qué precisamente hoy? Jaque al Rey.

“Camins que ara s’esvaeixen, camins que hem de fer sols”. Camins. Sopa de Cabra. 2001.

Los recuerdos brotan uno tras otros, a veces de forma ordenada en una secuencia lógica de la línea del tiempo y otras, las más, dominados por la más absoluta de las entropías. Los años que han pasado desde aquel día deberían haber servido como filtro pero no ha sido así. Aquel día lo ha ido arrastrando como una bola de preso, con su grillete al tobillo, hasta el día de hoy. Algunas veces se sintió más fuerte y no notaba su peso pero casi siempre fue al contrario.
Tuvo que aprender de nuevo a caminar sólo por la vida, a pensar en singular y esto resultó ser lo más duro de todo. Hasta aquel día todos los planes y proyectos la incluían, ¿pero que hacer ahora con
Y de repente, hoy, buscando papeles para dejarlo todo en orden, aparece ella y la idea se tambalea y se pierde como lágrimas en la lluvia.

“Parece mentira que después de tanto tiempo rotos nuestros lazos sigamos manteniendo la ilusión en nuestro aniversario”. El Siete de Septiembre. Mecano. 1991.

El siete de Septiembre fue el día.
Habían discutido un poco. Últimamente lo venían haciendo con bastante frecuencia pero cada día encontraban un momento al final de la jornada para limar asperezas; unas caricias y unos pocos besos bastaban. Dos años de amor no se tiran a la basura por discrepancias en pequeños detalles. Ambos estaban sometidos a un poco de presión y, a pesar de la edad, para según que asuntos se comportaban de forma un poco infantil.

La dejó en la parada del autobús. Llovía un poco pero ella, enfadada, insistió en que la dejara allí mismo y que ya hablarían en casa: “- Hay que ver este hombre que poca paciencia tiene. Si después no te gustan las tarjetas te aguantas” – le dijo mientras cerraba con un portazo poco convincente.

“Txirimiri” llaman en Euskadi a esa lluvia sin alma, floja de espíritu, que se posa sobre el asfalto sucio de polvo. Parecía que la carretera sudaba cuando el coche chocó contra la marquesina y arrolló a los que allí se encontraban. Jaque Mate a la Reina.

“Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar”.Un velero llamado Libertad. José Luis Perales. 1979.

Todo está en orden.
Los documentos importantes ya van camino del gestor por correo certificado y con acuse de recibo y la breve nota dirigida a sus padres se encuentra ahora sobre el mueble del recibidor en lugar del bolsillo interior de su chaqueta esperando a ser encontrada.
Pero todavía quedaba por guardar la foto fugitiva. Fue hasta el armario, tomó la caja y la abrió. Para entonces ya había comprendido que en toda una vida una caja es muy poca cosa. Por fin había llegado el momento de tener otras cajas lejos de su pasado.

2 comentarios:

Silviqui dijo...

Sencillamente genial

FRAN dijo...

Joder

Felicidades