jueves, 7 de junio de 2012

"Recordando a Swarosky"

‎"Recordando a Swarosky"

De repente recordé a Swarosky, sentado frente la lujosa mesa de mi despacho y como se consumía lentamente el cigarrillo que colgaba de la comisura izquierda de su boca. Volvió a mi mente aquella noche en la que el viejo desató su lengua, embriagado de alcohol y autocomplacencia. Swarosky me habló de cómo empezó a amasar su fortuna durante los últimos días del Ghetto:
 - No creerías de lo que es capaz un tipo cuando ve peligrar su trasero...
 - ¿A qué te refieres Swarosky? - pregunté con aire distraído.
 - Digo que esos hijos de puta serian capaces de vender en pedazos a sus madres si con ello pudieran conseguir un Marco más - y añadió - Les estuvo bien empleado.
 - ¿Te refieres a la "Solución Final?
 - Me refiero - ahogó un eructo - a que toda esa escoria judía lo único bueno que hizo fue darme el oro de sus dientes para que lo mantuviese a buen recaudo y luego evaporarse por las chimeneas de Auswitch - y arrancó un sonora carcajada - ¡Imbéciles!
 Swarosky era mitad judío por parte de madre y ario por parte de padre y del partido Nacionalsocialista al que corrió a alistarse la noche siguiente de la de los Cristales Rotos y fue por ese detalle que salvó su miserable vida; y por colaborar con el exterminio de sus vecinos retirando la ceniza humana de los crematorios.

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