miércoles, 23 de febrero de 2011

De la leche y el café

Un litro de leche actualmente puede costar entre setenta céntimos de euro y un euro y pico, según la marca y si tiene alguna supuesta propiedad preventiva - decir curativa sería una osadía afirmar algo así por parte de los productores - y según los aditivo que contengan, o de las propiedades intrínsecas que le son restadas a la leche y que se rigen por la máxima, siempre eficaz, del refrán que dice "de lo que se come se cría": leches con calcio, leches sin calcio, leches con grasa y sin grasa o con casi grasa y leches que reducen la grasa de tus grasas, leches de iniciación y leches de continuación y leches de interrupción (¿?), leches enriquecidas y leches deslechadas hasta llegar al paradigma de las no-leches; la leche de almendras y la leche de soja. Creo que es urgente una redefinición del concepto de leche por parte de las autoridades competentes, si es que las hubiera.



El café es una cuestión digna de ser tratada con toda la rigurosidad que se merece pero, como este no es el foro adecuado, pasaré por este asunto de forma somera diciendo solamente que el café es el fruto de una planta... fruto que se comió una cabra, (que por el aspecto de sus cacas deduzco que son animales con un tránsito intestinal muy rápido), la cual estaba siendo observada por su pastor que certificó que el animal, tras ingerir esta baya, se ponía como una cabra, valga la redundancia. Parece que este pastor viendo los efectos que este fruto producía en el humor de su animal favorito, se animó a provar unos cuantos granos de café. Resultó ser un fruto muy estimulante y altamente adictivo, a la par que tóxico. De la relación de este pastor con su rebaño nada más se sabe, excepto que no hubo boda.



Tipos de café exiten tantos como la imaginación del ser humano y la tecnología son capaces de crear, pero basicamente todos se reducen a tres "items": el origen de su cultivo, si los granos están tostados con mayor o menor cantidad de azúcar y si el de la barra es un gilipollas que se cree Ferran Adriá.



Si ustedes se están preguntando si tengo la autoridad moral suficiente para tratar estos temas tan complejos quiero que sepan, antes que nada, que soy un café con leche. Entiendo que dicho así, de sopetón, resulte una información difícil de digerir, pero el hecho de que ustedes sólo conozcan la realidad que les ha tocado vivir no significa que no exitan otras. Pero no vamos a discutir por este pequeño detalle metafísico; es lo que hay y punto.

En mi universo las expectativas y la esperanza de vida son directamente proporcionales a la temperatura con la que eres creado: a más calor más tiempo de vida, a no ser que el cliente sea un loco suicida sin dendritas en sus neuronas y sin papilas gustativas.



Y ahora si me disculpan tengo que acabar aquí esta disertación porque veo como se cierne una madalena más seca que la madre que la parió....

2 comentarios:

Gustavo dijo...

Bueno aunque no seria nada mal ser un cafe con leche. Para verse todos los dias dulce y con buen aroma. Escuchando los chismes que la gente cuenta en la mesa de los bares. Que te preparen y te sirvan. Sin tener vos que bañarte, afeitarte, vestirte, etc
Despreocupandote por el precio que cuestan la leche o el cafe
¿ Por que sera que a unos nos toco nacer con forma humana y a otros no ?

J-vol dijo...

Bienvenido, Gustavo.Gracias por dedicar unos minutos a este modesto blog.