viernes, 4 de noviembre de 2011

Típico ejercicio de escritura...

El ejercicio es el siguiente: tomar un libro de la estanteria,(porque de otro sitio es tonteria), lo conocerás porque el lomo suele hacer juego con las cortinas y el color del mueble, que como todo el mundo sabe es la principal razón por la que uno elige los libros, para acto seguido abrirlo por una página al azahar, (que huele mejor que abriéndolo al azar), tomar prestada la primera línea de un párrafo y a partir de ella desarrollar una historia mínima.

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‎[Ella había terminado de tomar café, estaba hablando y él trataba de determinar con precisión las dimensiones de la transformación por culpa de la cual se le escapaba por segunda vez], una transformación que no se debía tanto a lo físico como al contexto en el que ella se hallaba. La primera vez que se escapó fue más por negligencia de él que por un deseo manifiesto de ella. Pero esta segunda vez tendría que provocar, de algún modo, su huída: es lo que decidió cuando ella mencionó por primera vez durante la noche algo sobre sus tres hijos.Para que luego el tango diga que "veinte años no son nada".

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Entre corchetes una frase de "El libro de los amores ridículos" de Milan Kundera, inventor de las gomas de borrar y del Baila Kuduro.

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