Renovarse o morir.
Renovarse o morir debió pensar Margalida Castanyé la primera vez que vió a unos chiquillos disfrazados a la puerta del colegio cuatro meses antes de Carnaval.
Renovarse o morir debió pensar Margalida Catanyé la primera vez que oyó explicar al hombre del tiempo de Tv3 por qué ya no hacía frío a finales del Otoño:el cambio climático, dijo.
Tantas novedades - pensó -, ¡y a su edad! Por eso la alternativa cada vez le parecía menos descabellada. Pero no sería ella la que moriría, serian los otros, aquellos que se empeñaban en desmantelar su "status quo" en pos de una modernidad mal entendida y el negocio.
Le sorprendió lo sencillo que resultó su primera vez.
Unos adolescentes llamarón a su puerta una tarde, oscura ya pese a lo temprano de la hora, (por lo del horario de invierno,ya saben, otra gilipollez de la modernidad), y le gritaron a bocajarro: - ¿Truco o trato?. Margalida Catanyé, que acababa de regresar a casa después de pasar una larga e improductiva tarde calurosa del mes de Noviembre frente a su puesto de castañas y boniatos al lado del colegio Virgen de la Regla, aún llevaba en la mano su vieja espumadera. Entonces sintió como la rábia le embargaba de una manera súbita y descontrolada, su rostro se encendió y notó como todo su ser quemaba como una brasa incandescente. Sin mediar palabra y con una fuerza desconocida en una vieja como ella, golpeó el cuello de uno de los adolescentes con el filo de la pala de la espumadera y la sangre empezó a brotar. El otro joven empezó a gritar viendo a su amigo caer el sobre el charco de su propia sangre, pero Margalida Castanyé le ahogó sus gritos metiéndole en la boca un puñado de castañas que sacó de uno de los bolsillos de su delantal de cuadros. Lo que después sucedió no se entiende sin la colaboración de unos vecinos que regentan un Kebab, pero sólo os diré los que cuerpos de los chicos nunca fueron hallados y que hoy en día Margalida Castanyé es al propietaria de almenos otros dos establecimientos de comida rápida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario