Siempre te guardo en mi memoria. Y si alguna vez te olvido la casualidad hace que te vuelva a tener presente. Como hoy.
A mi izquierda, en este bar, hay un grupo de señoras mayores, de esas que van a la peluquería cada Sábado y se tiñen las canas de color lila clarito.
Hablan atropellándose las unas a las otras sobre sus males y dolores y una de ellas explica, con gestos, los ejercicios de estiramientos que le ha enseñado un joven fisioterapeuta del Casal, muy majo, para mantener las cervicales en perfecto estado.
Entonces me he acordado de ti y he pensado que nunca llegarás a tener una conversación así con tus amigas, porque tu eres joven todavía y no tienes problemas con tus huesos aunque haga más de treinta años que nos conocimos,¿sabes por qué?
Pues porque aún te guardo en mi memoria tal y como eras aquella noche que hicimos el amor en el asiento de atrás de mi coche.
Te guardo en mi memoria y en el cajón del canapé de mi cama, a trozos y envasada al vacío en varias bolsas.
1 comentario:
Bonito relato. Narra usted de un modo muy personal.
¿El coche no sería el de la foto de aquí arriba?
Saludos
Publicar un comentario