domingo, 15 de diciembre de 2013

"Gente que madruga para ir al bar"

"Gente que madruga para ir al bar"

  "El Chincheta" en un ataque de ira se tragó las seis chinchetas con las que iba a sujetar un poster de Raúl en la pared de su habitación de soltero. Acto seguido su octogenaria madre llamó por teléfono a un "tasis" para llevar al chiquillo al servicio de urgencias del hospital.

   La madre estaba más preocupada por los arranques de genio de su niño que por el futuro transito intestinal de las pequeñas y puntiagudas piezas de metal, pero el cirujano no, así que El Chincheta se tuvo que quedar ingresado.

  Durante unas semanas y cada dos días al Chincheta se la hacía una radiografía y de este modo todos pudimos seguir su particular e íntimo idilio con las tachuelas. Afortunadamente no estuve presente durante el desenlace de la historia, pero ahora, dieciocho años después, me consta que todo salió bien porque cada mañana lo veo en la puerta del bar....¡Hala Madrid!