lunes, 26 de mayo de 2008

¡Ay que malito estoy, llevadme al bar!

1.

- ¿Ves a ese tipo de ahí?
- ¿El de la nariz aplastada y la piel color ceniza?
- Si, ese, el gordo. Pues viene cada tarde y siempre pide lo mismo con un gesto de cabeza y un murmullo. No habla mucho, ya lo irás conociendo.
- ¿Qué bebe?
- Ginebra con tónica.
- Un “gin-tonic“, vamos...
- ¡No me seas marica, joder, se bebe un cubata de ginebra y punto, que no estamos en el Soho ese, coño!
- ¿Qué marca?
- Las doce y cuarto...
- No hombre, de ginebra...
- Te estaba tomando el pelo, chaval, ya te había entendido, ¿conoces la marca Barraut?
- No.
- Nadie la conoce, bueno, excepto el antiguo propietario de este local que compró un cargamento de licores a precio de saldo cuando quebró el negocio de la fábrica del Maresme en el año 1982.
- ¿En el ochenta y dos?¡No me jodas!¿Y era buena marca?
- Si, de la mejores, casi tan buena como la ginebra Lirios, ¡puro salfumán, chico! Creo que es por eso que habla poco. El tipo ya bebía esa mierda antes de entrar yo a currar aquí. Antonio, que lo conoce de antes, dice que le cambiaron el esófago por un tubo de PVC y que el paladar lo tiene recubierto de amianto y es por eso que no le arde el gaznate, y que no se retuerce por los suelos al primer trago porque dentro de esa barrigota no hay estómago ni intestinos sino una planta depuradora de aguas fetales...
- Fecales.
-¿Cómo dices?
- Que se dice aguas fecales...
- Uyyy, que mal vamos...Veo que me han traído a otro listillo. Venga se acabó la conversación. ¡A recoger las mesas!
- Vale, vale ya voy...
- ¡Psst, eh , que no se te olvide pasar el trapo húmedo!
- ¿El trapo mojado con aguas fetales?
- ¡Tu puta madre, niño!

jueves, 22 de mayo de 2008

Y aquí el breve relato...



“Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música”. Aldous Huxley (1894 – 1963)

Hay quien mide el tiempo en segundos, minutos, horas, días...
Hay quien mide el tiempo con cajas de zapatos. Una caja de zapatos equivale a dos años.

“I found a picture of you”. Back on the chaing gang. The Pretenders , 1982.

Tiene una caja de zapatos en el fondo de un armario, al fondo de la habitación del fondo.
Entre los espacios de la cinta que sella la caja se entrevé la marca de los zapatos: un buen calzado para estrenar un día de boda.

Una piedra de una laguna de aguas oscuras y heladas, un sobre de azúcar del primer café
(juntos), jabones y facturas de hoteles. Tres cartas, una con dudas, otra de amor y otra, la más larga, con reproches. Fotos de carné dedicadas: “Te quiero mucho”. Un papel con un nombre y un número de teléfono sin prefijo. Negativos de fotos. Una cinta de casete de noventa minutos con canciones para conducir por carreteras secundarias: el, ella, “Every Breath You Take” y la Nacional 111. Una multa de una zona azul, “Aparca rápido porque quiero hacerte el amor ahora mismo”. Todo esto, y alguna cosa más que no recuerda, contiene la caja.

Y de repente una imagen del pasado perdida en la memoria y entre las hojas de un libro de poemas. Una foto que buscó intensamente cuando encontrar cosas de ella todavía laceraba el corazón. ¿Por qué precisamente hoy?

“Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer, jugando con las flores en mi jardín ”. Chica de ayer. Nacha Pop. 1980.

Ya casi no recordaba su rostro.

Y ahora tiene que hacer un esfuerzo para ubicarla en el tiempo, en el momento en el que alguien tomó aquella instantánea de los dos. Están en una cena con amigos, probablemente en un restaurante chino pues hay un farolillo de papel rojo y figuras doradas al fondo. Él la rodea por los hombros con el brazo izquierdo y ella, coqueta, se lleva la mano al pelo y se lo recoge detrás de la oreja para dejar ver uno de los pendientes que él le regaló esa misma tarde, una baratija pues el sueldo daba para poco en aquella época en la que todo empezaba y todo era nuevo y
La foto es como una caja de cerillas en manos de un pirómano. Los recuerdos de aquel día se encienden uno tras otro, una combustión espontánea de sentimientos. Percibe incluso el olor de
Ella lleva el suéter que le cogió sin permiso a su hermana, el de los cuadraditos blancos y negros como un tablero de ajedrez. Aquella noche aprendió los movimientos del Alfil, de la Torre y del Caballo, en ele, sobre su cuerpo desnudo, con olor a

¿Por qué precisamente hoy? Jaque al Rey.

“Camins que ara s’esvaeixen, camins que hem de fer sols”. Camins. Sopa de Cabra. 2001.

Los recuerdos brotan uno tras otros, a veces de forma ordenada en una secuencia lógica de la línea del tiempo y otras, las más, dominados por la más absoluta de las entropías. Los años que han pasado desde aquel día deberían haber servido como filtro pero no ha sido así. Aquel día lo ha ido arrastrando como una bola de preso, con su grillete al tobillo, hasta el día de hoy. Algunas veces se sintió más fuerte y no notaba su peso pero casi siempre fue al contrario.
Tuvo que aprender de nuevo a caminar sólo por la vida, a pensar en singular y esto resultó ser lo más duro de todo. Hasta aquel día todos los planes y proyectos la incluían, ¿pero que hacer ahora con
Y de repente, hoy, buscando papeles para dejarlo todo en orden, aparece ella y la idea se tambalea y se pierde como lágrimas en la lluvia.

“Parece mentira que después de tanto tiempo rotos nuestros lazos sigamos manteniendo la ilusión en nuestro aniversario”. El Siete de Septiembre. Mecano. 1991.

El siete de Septiembre fue el día.
Habían discutido un poco. Últimamente lo venían haciendo con bastante frecuencia pero cada día encontraban un momento al final de la jornada para limar asperezas; unas caricias y unos pocos besos bastaban. Dos años de amor no se tiran a la basura por discrepancias en pequeños detalles. Ambos estaban sometidos a un poco de presión y, a pesar de la edad, para según que asuntos se comportaban de forma un poco infantil.

La dejó en la parada del autobús. Llovía un poco pero ella, enfadada, insistió en que la dejara allí mismo y que ya hablarían en casa: “- Hay que ver este hombre que poca paciencia tiene. Si después no te gustan las tarjetas te aguantas” – le dijo mientras cerraba con un portazo poco convincente.

“Txirimiri” llaman en Euskadi a esa lluvia sin alma, floja de espíritu, que se posa sobre el asfalto sucio de polvo. Parecía que la carretera sudaba cuando el coche chocó contra la marquesina y arrolló a los que allí se encontraban. Jaque Mate a la Reina.

“Ayer se fue, tomó sus cosas y se puso a navegar”.Un velero llamado Libertad. José Luis Perales. 1979.

Todo está en orden.
Los documentos importantes ya van camino del gestor por correo certificado y con acuse de recibo y la breve nota dirigida a sus padres se encuentra ahora sobre el mueble del recibidor en lugar del bolsillo interior de su chaqueta esperando a ser encontrada.
Pero todavía quedaba por guardar la foto fugitiva. Fue hasta el armario, tomó la caja y la abrió. Para entonces ya había comprendido que en toda una vida una caja es muy poca cosa. Por fin había llegado el momento de tener otras cajas lejos de su pasado.

domingo, 18 de mayo de 2008

Ganador

«Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio».
-----------------------------------------

Así empieza el último libro de Carlos Ruiz Zafón y no he podido evitar sentirme identificado con la sensación que transmite este párrafo después de experimentar lo que aconteció el pasado dia catorce, fecha de mi último "post".

Aunque es evidente que no soy ningún escritor por unos minutos sentí la gloria de serlo, eso sí, ante un público inexperto y en un certámen literario bastante "ful". Cosas de mi empresa, como ya expliqué.

Pero no por eso deja de ser emocionante que mi relato fuese elegido de entre otros trece por un jurado ajeno a la empresa y que se le supone, (como el valor a los soldados), entendido en la materia: conocidas gentes de letras de mi ciudad de los que yo no he oido hablar nunca y desconozco sus trabajos...(quizás sólo tengan un "blog").

Gané el primer premio. Tuve que levantarme a recogerlo de manos de directivos con los que nunca he cruzado una palabra y que nunca han oido hablar de mi. Improvisé un discurso de agradecimiento ante unas cuarenta personas que se pueden permitir ausentarse del trabajo durante una hora pues su trabajo consiste en este tipo de cosas.

Llegué al acto solo y solo me fuí, eso si después de estrechar muchas manos, recibir muchas felicitaciones, algunas fotos para la intranet del trabajo y de intentar ser captado por una entidad cultural que contribuyó en el acto: quizás me deje, más que nada para variar mi rutina...

Y de premio me llevó un GPS valorado en 300 euros y un vale de 100 euros para gastar en libros, el primero de los cuales ha sido "El juego del Ángel", el del párrafo del principio del "post".Y además publicarán el relato junto los otros premiados en un librito para dejar por las salas de espera: unos 4000 ejemplares. Espero que este año escriban bien mi apellido...

Por cierto si interesa a alguien vendo GPS Tom Tom Go 720 , Europa Occidental. Os lo dejo por 200 Euros, nuevo a estrenar.

También acepto sugerencias de títulos de libros que salgan fuera del círculo comercial de los "Best Sellers". Iluminadme.

miércoles, 14 de mayo de 2008

¡Probando, uno-dos!

Pues sí, parece que funciona.

En una hora me paso por la entrega de premios, ("gran ceremonia" para la que hoy no tengo excusa ya que me han llamado para hacer bulto y he dicho que iba), del Concurso de Relato Breve, (y van tres), que hacen en mi trabajo por y para la gente de la empresa que nos contamos por miles, (unos dos miles, más o menos). Y como este post se me está llenando de paréntesis lo voy a dejar ya y si eso os cuento más tarde como ha ido y si he ganado un accesit o algo como el pasado año que estuve leyendo de gorra, hasta hace bien poco, con los 100 euritos que gané.